Obra arquitectural
Entre las principales preocupaciones de Francisco Sobrino como creador estaban la participación directa del espectador y la disolución de los límites de la obra para, así, lograr una inestabilidad que invitara a todos a sentir como real el movimiento sugerido y a tratar de descubrir en ella las múltiples versiones que podía generar ante nuestra perpleja mirada.
Otro de sus propósitos era la democratización del arte contemporáneo –romper definitivamente el estrecho margen que sólo permitía disfrutar de él a un exclusivo grupo de burgueses adinerados–, sacar las obras de las galerías y exponerlas a pie de calle. Con el paso del tiempo, y tras los éxitos alcanzados, pudo catalogar un buen número de piezas bajo el epígrafe: Obra Arquitectural.
Para dar cuenta de estos logros solicitamos la colaboración de dos fotógrafos de prensa de reconocida trayectoria en Guadalajara: Nacho Abascal y Fernando Toquero, quienes se desplazaron hasta las ciudades y lugares donde se ubican estos monumentos para captarlos con sus objetivos. Además, junto a estos reportajes, reproducimos otros documentos gráficos que nos permiten testimoniar el trabajo desarrollado por Sobrino, y, también, dar cuenta de algunas obras que tuvieron un carácter efímero.
Este paseo por Europa comienza en Sarcelles, allí donde en 1965 se instaló una gran escultura de planchas de acero pulido, y concluye en el término municipal de Peñalver, en una rotonda de la Carretera Nacional 320, donde en 1999 se erigió otra de módulos de cemento blanco.